Nació en Baja California Sur, en 1960, viene de una familia de contrabandistas del estado de Sinaloa, su tío Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido como el “Padrino”, al parecer ha tenido relaciones con varios capos de la droga, muy conocidos en su juventud.
Se caso dos veces, sus dos maridos eran ex comandantes de la policía, también llegaron a ser traficantaes de droga, ambos fueron muertos por asesinos a sueldo.
La policía atribuye su ascenso al poder en el mundo de las drogas, por su relación más reciente con Juan Diego Espinosa Ramírez, “Alias el Tigre”, se dice que este hombre es muy importante en el cartel del norte, del Valle en Colombia.
Sandra Ávila Beltrán, vivió desapercibida en Guadalajara Jalisco, Hermosillo, Sonora, hasta que la policía encontró nueve toneladas de cocaína en un barco anclado en el puerto de Manzanillo, Colima.
Esto, se creé que agilizó la intervención de la policía federal, logrando la aprensión de Sandra, y de aquí Diego Espinosa Ramírez, el 28 de septiembre del 2007, ambos fueron detenidos en la ciudad de México en operaciones separadas, élla después de salir de un restaurante, él cerca de una panadería, los dos fueron acusados de narcotráfico, delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, y de estar ligados al cartel colombiano, norte del Valle. Dirigido por Diego Montoya, alias “Don Diego”, así como a los carteles mexicanos de Sinaloa y Juárez, durante esa noche La Reina y el Tigre, declararon en la subprocuraduría de investigación especializada en delincuencia organizada (SIEDO).
Ella siempre mantuvo la versión de que es una ama de casa, y que sus ingresos provienen de la venta de ropa y venta de casas. Él por su parte negó todas las imputaciones en su contra.
Él fue internado en la prisión de alta seguridad de Almoloya de Juárez, y élla en la presión para mujeres de Santa Martha Acatitla.
Según la (D.E.A.), por las manos de Sandra Ávila Beltrán, han pasado millones de dólares, producto del tráfico de drogas, ya que dominaba la zona marítima desde Colombia, hasta Estados Unidos de Norte-América, desde su sede en Guadalajara, razón por la cual fue conocida por el crimen organizado como LA REINA DEL PACICO.
Ella no niega su pertenencia al mundo del narco, ese mundo que la vio nacer, donde conoció la amistad, el amor, y donde se hizo famosa, ya que en su círculo familiar, están los Beltrán Leiva y los Beltrán Félix, dedicados al narcotráfico, desde hace más de treinta años, también entre sus amistades destacan Joaquín Guzmán Loera (EL CHAPO),jefe máximo del cartel de Sinaloa, Ignacio Coronel Villarreal, Nacho Coronel, Ismael Zambada García (EL MAYO), los hermanos Caro Quintero, como vemos todos ellos grandes jefes del narcotráfico en México y en el extranjero.
Como podemos ver todas las amistades de La Reina del Pacifico, tienen nombre y apellido, aparte de ser peligrosas para la sociedad.
Una cosa si es cierta, la Reina del Pacifico, es una mujer atractiva en un mundo de machos, dueña de una fortuna muy importante, le fascinan las joyas, la fiscalía le decomiso 179 piezas valiosas todas. Aparte más de doscientas fincas, casas y varios salones de belleza, desde donde se dedicaba al lavado de dinero.
Está por cumplir cuatro años en la prisión de Santa Martha Acatitla, y sujeta a extradición solicitada por los Estados Unidos, lo que sea de cada quién, esta mujer con abolengo del narcotráfico, no se inmuta ante nadie, esperamos que por su peligrosidad, siga ahí por más años.
La fotografía no era del todo clara. Pero su rostro estaba ahí. Fue la imagen clave para la policía. Cuando los altos mandos la analizaron dieron la orden: debían detenerla… Sandra Ávila Beltrán, La Reina del Pacífico, efectivamente era la mujer que estaba ahí, sentada en un gabinete del Vips de San Jeonimo.
Se trata de la foto que agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF) lograron captar de la mujer, dos horas antes de capturarla al sur de la ciudad de México.
Es una imagen inédita obtenida por Contacto Guanajuato. Y en ella se retratan los últimos instantes en los que la mujer nacida en Tijuana, estuvo en libertad.
En su momento sólo la tuvieron los policías federales que participaron en su captura y los altos mandos de la dependencia que encabeza Genaro García Luna.
Los Agentes Federales de Investigación (AFIs) la tomaron desde el estacionamiento del Vips. Y luego la enviaron por medio de una señal “encriptada” a su centro de mando.
“Logramos obtener un retrato en ese instante. Y lo enviamos a nuestra central… Utilizamos señales encriptadas para evitar que alguien pueda rastrearnos o que puedan intervenir en nuestra información”, relata a Contacto Guanajuato uno de los agentes que la capturó.
Fue así como los mandos de la policía pudieron analizar el retrato.
Ahí estaba la mujer. Sentada detrás del cristal. Los arbustos afuera del lugar no permitían ver la totalidad de su cara. Pero lo que tenían era suficiente.
Con la mano izquierda sostenía el teléfono celular que acercaba a su oído. Sus cejas perfectamente delineadas resaltaban en el rostro. Un poco de cabello caía en su frente.
Estaba con otras dos personas. Nadie relacionado con negocios ilícitos, descubriría después la policía.
Cuando los altos mandos la vieron estuvieron seguros de que era ella. La cara de Sandra Ávila no había cambiado mucho respecto a la última foto que obtuvieron en el 2004.
Sólo el peinado era diferente con respecto a aquella imagen donde llevaba el cabello recogido y un sombrero.
Los jefes policiacos compararon la imagen con los archivos que tenían. Hicieron un análisis computarizado y los resultados confirmaron lo que ellos ya esperaban: era La Reina del Pacífico.
Así que dieron la orden: los agentes debían capturarla.
Sandra Ávila tomaba un café y platicaba con una pareja dentro del restaurante. Hablaba sobre el dinero que les iba a prestar para que pusieran un negocio de tarjetas telefónicas.
Ellos le decían Daniela y sabían que era una “empresaria”, relatan los agentes que participaron en el operativo de aquel 28 de septiembre.
SU TRASLADO
Viernes 28 de septiembre, ciudad de México. Tres de la tarde. El tráfico en Periférico estaba a tope. Dentro de uno de los cientos de autos que ahí circulaban iba Sandra Ávila Beltrán. Sus hombros rozaban los de un par de elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) que acababan de detenerla. Y ahí, bajo el sol y atrapada, no sólo por el tránsito de un viernes de quincena, La Reina del Pacífico contó: “yo no quería dedicarme a esto, yo no pedí vivir esto, pero lo traigo en la sangre…” Hablaba sobre su vida rodeada por el narcotráfico. Sobre sus familiares que se dedicaron al negocio. Sobre los esposos que le mataron, y el secuestro de su hijo. “Yo no creo en el destino, pero mi vida la puse así… yo no quería vivir esto, pero las circunstancias me pusieron aquí…”, les dijo a los investigadores mientras la llevaban a la Procuraduría General de la República (PGR). Y les recordó que desde chica convivió con Rafael Caro Quintero, con Miguel Ángel Félix Gallardo, con Juan José Quintero Payán… “puros grandes”. Los agentes federales que iban junto con ella relatan a Crónica parte de lo que pasó en el trayecto de poco más de una hora. “No podemos decir todo lo que nos dijo, porque sería poner en peligro nuestra vida y nuestras investigaciones”, dice uno de ellos. Iban del Vips de San Jerónimo Lídice, donde la capturaron, hasta las instalaciones de la PGR, cercanas al centro de la ciudad. “El tráfico estaba horrible. Íbamos tensos, preocupados. Imagina, llevábamos a una de las mujeres más buscadas en México y Estados Unidos y estábamos parados en el tráfico del Periférico”, recuerda un agente. El temor de que la fueran a rescatar estaba clavado en sus mentes. Todo podía pasar con una mujer “tan querida por los grandes narcotraficantes”, como la describen los investigadores. Y es que no iban en patrullas oficiales. No llevaban sirenas. Tampoco un operativo que llamara la atención para abrirse paso entre los automovilistas. “Íbamos muy tensos, pero tratamos de pasar desapercibidos. Nadie imaginaría que ahí, parados en el pleno segundo piso del periférico llevaríamos a La Reina del Pacífico”, platica el agente. Con su cara siempre en alto. Con su voz risueña. Y las manos entre las piernas, la mujer nacida hace 44 años en Tijuana platicaba de vez en vez con ellos. “Yo me quería salir de este tipo de vida, pero las cosas así se dieron y aquí estoy… Ni modo”. —¿Se arrepiente de lo que ha hecho? —le preguntó uno de los agentes. —No, yo he vivido de todo, hasta lo que no imaginas. Pero mi mamá y mi hijo, ellos sí me preocupan. Quienes más van a sufrir por esto (la detención) son ellos. —¿Ha vivido de todo? —La ficción puede superar a la realidad. La realidad se puede quedar corta a veces. Y así me sucedió. Durante el trayecto los agentes cambiaron dos veces de ruta. El tráfico no les permitía acelerar nunca a más de 40 kilómetros por hora. Habían pasado ya más de 20 minutos en el tráfico cuando la tijuanense comentó: “Oigan, ni siquiera me mostraron sus identificaciones. Ninguna orden, nada…” Fue lo primero que les dijo desde que la subieron a la unidad policiaca. Después fue cuando comenzó a platicar algunos momentos de su vida: “Aunque no lo crean yo me quise salir de este ambiente. Imaginen, me mataron bien chica a mi marido… Y después al otro”. Se refería al padre de su único hijo, el comandante de la Policía Judicial Federal, Luis Fuentes Jiménez, y al ex agente judicial Rodolfo López Amavizca. Ambos fueron sus parejas sentimentales y a los dos los asesinaron a balazos por relacionarse con el crimen organizado. El primero en 1992, cuando ella tenía 27 años de edad y seis de matrimonio. También habló del secuestro de su hijo. “Pero de eso no dijo mucho porque eran terribles recuerdos”. Pese a las historias que contaba Sandra Ávila “nunca perdió el porte, el glamour. Siempre buscaba demostrar que controlaba la situación”. —Préstame mi celular, para hacer una llamada —dijo en un instante. —Cuando lleguemos el ministerio público la dejará llamarle a su abogado —No, yo lo que quiero es avisarle a mi hijo y a mi mamá que estoy bien, que me están tratando bien, que no se preocupen cuando me vean en la tele… “Se notaba que no era cualquier delincuente. No era como todos. Siempre tranquila, siempre segura nos dijo que tenía siete abogados y que estaban en trámite sus amparos”, cuenta quien estaba junto a ella. —Esto es una injusticia, ya una vez me otorgaron uno (amparo) que demostraba que yo no tengo nada. —Pero ahora está detenida por una solicitud con fines de extradición. —A ver, quiero verla. Los agentes le mostraron la orden. En ella estaba su nombre: Sandra Ávila Beltrán. Y algunos de sus alias. Pero también había una lista de otras personas que ellos taparon. —Sí, es cierto, Ahí está mi nombre. ¿Quiénes son esos que no me deja ver? —Otras personas con quienes la relacionan —¿A mí? —preguntó sonriente, sin recibir respuesta alguna. Unos minutos después llegaron a las instalaciones de la PGR. La Reina del Pacífico bajó de la unidad. Estaba a unos pasos de ser fichada y después encarcelada.Ramírez Acuña dice que se analiza su posible extradición El secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, dijo que se realiza un análisis jurídico para determinar en los próximos días la posible extradición o no de Sandra Ávila Beltrán, La Reina del Pacífico, a Estados Unidos. En entrevista, Ramírez Acuña expresó que “se está viendo toda su situación jurídica, las solicitudes, las propuestas, y en los próximos días se estarán tomando las determinaciones correspondientes”. Por otro lado, rechazó los rumores en torno a que vaya a renunciar a su cargo. “Ya me han corrido varias veces, según la prensa de Jalisco y otros comentaristas, pero aquí sigo y estoy muy contento además”, señaló. Sobre la existencia de grupos armados, dijo que éstos al estar al margen de la ley y realizar acciones violentas, “pueden aparecer cuantas veces lo consideren, pero los organismos de inteligencia del Estado mexicano están atentos para que no se genere ninguna situación de conflicto y detener este tipo de cosas”. Reiteró que el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen) ya identificó a los participantes, “es parte de las investigaciones que se están haciendo por la Procuraduría y la Secretaría de Seguridad, se está avanzando en estos sentidos”. (Notimex en Guadalajara)
Se trata de la foto que agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF) lograron captar de la mujer, dos horas antes de capturarla al sur de la ciudad de México.
Es una imagen inédita obtenida por Contacto Guanajuato. Y en ella se retratan los últimos instantes en los que la mujer nacida en Tijuana, estuvo en libertad.
En su momento sólo la tuvieron los policías federales que participaron en su captura y los altos mandos de la dependencia que encabeza Genaro García Luna.
Los Agentes Federales de Investigación (AFIs) la tomaron desde el estacionamiento del Vips. Y luego la enviaron por medio de una señal “encriptada” a su centro de mando.
“Logramos obtener un retrato en ese instante. Y lo enviamos a nuestra central… Utilizamos señales encriptadas para evitar que alguien pueda rastrearnos o que puedan intervenir en nuestra información”, relata a Contacto Guanajuato uno de los agentes que la capturó.
Fue así como los mandos de la policía pudieron analizar el retrato.
Ahí estaba la mujer. Sentada detrás del cristal. Los arbustos afuera del lugar no permitían ver la totalidad de su cara. Pero lo que tenían era suficiente.
Con la mano izquierda sostenía el teléfono celular que acercaba a su oído. Sus cejas perfectamente delineadas resaltaban en el rostro. Un poco de cabello caía en su frente.
Estaba con otras dos personas. Nadie relacionado con negocios ilícitos, descubriría después la policía.
Cuando los altos mandos la vieron estuvieron seguros de que era ella. La cara de Sandra Ávila no había cambiado mucho respecto a la última foto que obtuvieron en el 2004.
Sólo el peinado era diferente con respecto a aquella imagen donde llevaba el cabello recogido y un sombrero.
Los jefes policiacos compararon la imagen con los archivos que tenían. Hicieron un análisis computarizado y los resultados confirmaron lo que ellos ya esperaban: era La Reina del Pacífico.
Así que dieron la orden: los agentes debían capturarla.
Sandra Ávila tomaba un café y platicaba con una pareja dentro del restaurante. Hablaba sobre el dinero que les iba a prestar para que pusieran un negocio de tarjetas telefónicas.
Ellos le decían Daniela y sabían que era una “empresaria”, relatan los agentes que participaron en el operativo de aquel 28 de septiembre.
SU TRASLADO
Viernes 28 de septiembre, ciudad de México. Tres de la tarde. El tráfico en Periférico estaba a tope. Dentro de uno de los cientos de autos que ahí circulaban iba Sandra Ávila Beltrán. Sus hombros rozaban los de un par de elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) que acababan de detenerla. Y ahí, bajo el sol y atrapada, no sólo por el tránsito de un viernes de quincena, La Reina del Pacífico contó: “yo no quería dedicarme a esto, yo no pedí vivir esto, pero lo traigo en la sangre…” Hablaba sobre su vida rodeada por el narcotráfico. Sobre sus familiares que se dedicaron al negocio. Sobre los esposos que le mataron, y el secuestro de su hijo. “Yo no creo en el destino, pero mi vida la puse así… yo no quería vivir esto, pero las circunstancias me pusieron aquí…”, les dijo a los investigadores mientras la llevaban a la Procuraduría General de la República (PGR). Y les recordó que desde chica convivió con Rafael Caro Quintero, con Miguel Ángel Félix Gallardo, con Juan José Quintero Payán… “puros grandes”. Los agentes federales que iban junto con ella relatan a Crónica parte de lo que pasó en el trayecto de poco más de una hora. “No podemos decir todo lo que nos dijo, porque sería poner en peligro nuestra vida y nuestras investigaciones”, dice uno de ellos. Iban del Vips de San Jerónimo Lídice, donde la capturaron, hasta las instalaciones de la PGR, cercanas al centro de la ciudad. “El tráfico estaba horrible. Íbamos tensos, preocupados. Imagina, llevábamos a una de las mujeres más buscadas en México y Estados Unidos y estábamos parados en el tráfico del Periférico”, recuerda un agente. El temor de que la fueran a rescatar estaba clavado en sus mentes. Todo podía pasar con una mujer “tan querida por los grandes narcotraficantes”, como la describen los investigadores. Y es que no iban en patrullas oficiales. No llevaban sirenas. Tampoco un operativo que llamara la atención para abrirse paso entre los automovilistas. “Íbamos muy tensos, pero tratamos de pasar desapercibidos. Nadie imaginaría que ahí, parados en el pleno segundo piso del periférico llevaríamos a La Reina del Pacífico”, platica el agente. Con su cara siempre en alto. Con su voz risueña. Y las manos entre las piernas, la mujer nacida hace 44 años en Tijuana platicaba de vez en vez con ellos. “Yo me quería salir de este tipo de vida, pero las cosas así se dieron y aquí estoy… Ni modo”. —¿Se arrepiente de lo que ha hecho? —le preguntó uno de los agentes. —No, yo he vivido de todo, hasta lo que no imaginas. Pero mi mamá y mi hijo, ellos sí me preocupan. Quienes más van a sufrir por esto (la detención) son ellos. —¿Ha vivido de todo? —La ficción puede superar a la realidad. La realidad se puede quedar corta a veces. Y así me sucedió. Durante el trayecto los agentes cambiaron dos veces de ruta. El tráfico no les permitía acelerar nunca a más de 40 kilómetros por hora. Habían pasado ya más de 20 minutos en el tráfico cuando la tijuanense comentó: “Oigan, ni siquiera me mostraron sus identificaciones. Ninguna orden, nada…” Fue lo primero que les dijo desde que la subieron a la unidad policiaca. Después fue cuando comenzó a platicar algunos momentos de su vida: “Aunque no lo crean yo me quise salir de este ambiente. Imaginen, me mataron bien chica a mi marido… Y después al otro”. Se refería al padre de su único hijo, el comandante de la Policía Judicial Federal, Luis Fuentes Jiménez, y al ex agente judicial Rodolfo López Amavizca. Ambos fueron sus parejas sentimentales y a los dos los asesinaron a balazos por relacionarse con el crimen organizado. El primero en 1992, cuando ella tenía 27 años de edad y seis de matrimonio. También habló del secuestro de su hijo. “Pero de eso no dijo mucho porque eran terribles recuerdos”. Pese a las historias que contaba Sandra Ávila “nunca perdió el porte, el glamour. Siempre buscaba demostrar que controlaba la situación”. —Préstame mi celular, para hacer una llamada —dijo en un instante. —Cuando lleguemos el ministerio público la dejará llamarle a su abogado —No, yo lo que quiero es avisarle a mi hijo y a mi mamá que estoy bien, que me están tratando bien, que no se preocupen cuando me vean en la tele… “Se notaba que no era cualquier delincuente. No era como todos. Siempre tranquila, siempre segura nos dijo que tenía siete abogados y que estaban en trámite sus amparos”, cuenta quien estaba junto a ella. —Esto es una injusticia, ya una vez me otorgaron uno (amparo) que demostraba que yo no tengo nada. —Pero ahora está detenida por una solicitud con fines de extradición. —A ver, quiero verla. Los agentes le mostraron la orden. En ella estaba su nombre: Sandra Ávila Beltrán. Y algunos de sus alias. Pero también había una lista de otras personas que ellos taparon. —Sí, es cierto, Ahí está mi nombre. ¿Quiénes son esos que no me deja ver? —Otras personas con quienes la relacionan —¿A mí? —preguntó sonriente, sin recibir respuesta alguna. Unos minutos después llegaron a las instalaciones de la PGR. La Reina del Pacífico bajó de la unidad. Estaba a unos pasos de ser fichada y después encarcelada.Ramírez Acuña dice que se analiza su posible extradición El secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, dijo que se realiza un análisis jurídico para determinar en los próximos días la posible extradición o no de Sandra Ávila Beltrán, La Reina del Pacífico, a Estados Unidos. En entrevista, Ramírez Acuña expresó que “se está viendo toda su situación jurídica, las solicitudes, las propuestas, y en los próximos días se estarán tomando las determinaciones correspondientes”. Por otro lado, rechazó los rumores en torno a que vaya a renunciar a su cargo. “Ya me han corrido varias veces, según la prensa de Jalisco y otros comentaristas, pero aquí sigo y estoy muy contento además”, señaló. Sobre la existencia de grupos armados, dijo que éstos al estar al margen de la ley y realizar acciones violentas, “pueden aparecer cuantas veces lo consideren, pero los organismos de inteligencia del Estado mexicano están atentos para que no se genere ninguna situación de conflicto y detener este tipo de cosas”. Reiteró que el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen) ya identificó a los participantes, “es parte de las investigaciones que se están haciendo por la Procuraduría y la Secretaría de Seguridad, se está avanzando en estos sentidos”. (Notimex en Guadalajara)
Mis respetos para esta gran señora, ojala algun dia salga. :)
ResponderEliminar🤔
ResponderEliminarAmiga del alma
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